Tienes nostalgia de aquel pueblo
calcado por los ojos, por la infancia.
De sus calles, de sus veredas con naranjos,
de su plaza secreta, enamorada.
Nostalgia de sus días y de sus noches,
jubilosos de sol, altas de estrellas.
Y no puedes volver. Arduo es el tiempo
que intercala
su adiós y su ceniza.
Definiciones- Editorial Alarcón
jueves, 28 de enero de 2010
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